Dentro de las comarcas de Extremadura siempre hemos sentido algo especial por la de las Villuercas, y este verano decidimos escaparnos un par de días a recorrer la parte más al Este de este espectacular Geoparque, que os enseñamos aquí.

Nuestro segundo día nos deparó una ruta increíble en un pueblo que todo el mundo conoce por ser el más bonito de España, Guadalupe. Sí, tenemos una gran suerte de haber visitado incontables veces este lugar y su preciosa Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura (si quieres saber más sobre la historia de Guadalupe te dejamos aquí un artículo relacionado).

Pasamos un poco de ver el pueblo ya que nos lo tenemos bastante visto desde bien pequeños y decidimos emprender el camino en una ruta de unos 14 kilómetros lineal a visitar uno de los embalses a más altitud del Geoparque Villuercas Ibores-Jara, llamado Presa Ruta de los Molinos que se encuentra en el Arroyo del Guadalupejo (lugar donde cuenta la leyenda que se apareció la Virgen de Guadalupe).

Es una ruta asequible que va pegado al arroyo (en muchos puntos seco) por una pista forestal (no recomendable subir en coche utilitario, mejor todoterreno) "bien conservada", al tratarse de una ruta lineal, realizaremos los primeros 7 kilómetros subiendo sin descanso hasta llegar a nuestro destino, el embalse.

Al comienzo de la subida encontramos uno de los molinos mejor conservados que hemos visto aunque desconocemos si se puede visitar, se llama Molino del Batán, aunque sabemos de la existencia de numerosos molinos más en todo el cauce del arroyo pero ya casi cubiertos por la vegetación. Todo el camino vamos cubiertos de enormes robles y grandes castaños que hacen de este sitio, un lugar muy bonito y fotografiado.

Ese mismo camino conduce al famoso arca de agua, una infraestructura de la edad romana que hoy en día es la encargada de llevar el agua desde lo alto de la montaña hasta las fuentes de Guadalupe mediante cañerías hechas de barro. Pero lamentablemente varias rozaduras en los pies del dia anterior nos hizo imposible afrontar los 5 kilómetros que nos quedaban.

Tras un pequeño descanso a la sombra de la presa, decidimos bajar y ahora sí, disfrutar de aquel entorno que era maravilloso. ¡¡Gala se lo pasó en grande y aunque la subida le costó un poco, bajaba como un tiro!!

Una vez abajo, decidimos visitar el monasterio y ver a la Virgen de Guadalupe (creemos que no está permitida la entrada con perros pero entramos con Gala en su mochila) y nos refrescamos con el agua de la fuente que hay en la plaza. Sin duda un acierto visitar esa zona y volveremos a visitar el Arca del Agua.

¿Os ha parecido increíble? ¡ A nosotros también!